El origen de esta celebración no representa la ausencia de la persona, sino el festejo a su vida, recordar al ser querido cada año mientras se decora su altar con los elementos más representativos.
En la época prehispánica, cuando un ser querido moría era envuelto y enterrado mientras sus familiares organizaban una fiesta para guiarlo al Mictlán, acompañado por elementos que le gustaban a la persona en vida por si llegara a tener hambre.